¿Alguna vez habías escuchado hablar de los sistemas de riego presurizado? Así se llama las técnicas donde se aplica cierta presión para conducir el agua a través de tuberías para que lleguen a su destino final. De esa manera, se evitan las pérdidas de líquido debido a las filtraciones logrando que llegue más agua al terreno que se desea irrigar. Dos de las técnicas que entran en esta categoría son el riego por goteo y por aspersión.
Por ejemplo, un desnivel de 10 metros puede movilizar agua por un tubo vertical con una sección de 1 cm x 1 cm y una altura de 10 metros. Este método para movilizar líquidos genera un ahorro en gastos eléctricos, pues no se necesitan bombas para su funcionamiento.
Ventajas del uso de sistemas de riego presurizado
El agua para la irrigación puede ser tomada de canales o ríos o perforación para alcanzar fuentes subterráneas. Sin embargo, en el último caso, siempre se necesitará contar con una bomba para movilizar el agua. Entre los beneficios de usar un sistema de riego presurizado se debe destacar la posibilidad de incluir agregados en el agua.
Por ejemplo, en la industria minera se usan estos sistemas para extender una solución de agua con sustancias químicas que son necesarias para ala lixiviación de minerales. Por otro lado, en la actividad agraria se suelen disolver fertilizantes en el agua para que lleguen de manera uniforme a todas las plantas.
Además, en estos sistemas la presión necesaria para impulsar el agua puede ser generada por una bomba o de forma natural. Usualmente, se utilizan las pendientes en el terreno para lograr el fenómeno de presurización natural. Para el diseño y la instalación de los sistemas de riego se deben tomar en cuenta conceptos de mecánica hidráulica.
Usualmente, se puede apelar a los sistemas naturales cuando se deben irrigar parcelas de terreno pequeñas. Mientras más extenso sea el recorrido de las tuberías, se perderá en mayor medida la presión. Eso puede causar que no se tenga la fuerza necesaria para movilizar por las boquillas el volumen de líquido que deseamos. Eso es algo que deben tener en cuenta los encargados de la planeación e instalación de sistemas de riego.
Diferencias entre el riego por goteo y por aspersión
A continuación, vamos a detallar algunas de las características de dos sistemas de riego que gozan de gran popularidad.
– Riego por goteo
Este es una técnica de irrigación que consiste en la aplicación de agua en forma de un goteo constante. Este sistema de riego se caracteriza por la colocación de las boquillas se instalan en una zona cercana a las plantas. De ese modo, se ahorra agua, pues solo se llega a humedecer el 30% del terreno. Esto lo convierte en el método más eficiente para reducir el gasto de agua.
Es importante mencionar que en esta técnica de irrigación el agua cae a la tierra sin presión, sin embargo, si se necesita la aplicación de fuerza para movilizar el líquido por las tuberías. Una diferencia entre el riego por goteo y por aspersión es la cantidad de boquillas y metros de tubo que se puede necesitar.
En algunos casos se necesita más de un gotero para irrigar una planta. Por ejemplo, en el caso de árboles frutales se puede llegar a ubicar hasta 8 boquillas alrededor del tronco para asegurar la llegada de un volumen de agua adecuado a esa planta. Usualmente, se puede mover de entre 2 a 4 litros de agua por hora a través de cada gotero.
– Riego por aspersión
Este es un método de irrigación que esparce el agua de forma que cae como lluvia sobre el terreno elegido. El agua es conducida a presión por las tuberías del sistema de riego y cuando atraviesa el aspersor se rompe en forma de múltiples gotas.
Los chorros de agua que se generan a través del aspersor pueden alcanzar hasta 6 o 7 metros. Eso permite cubrir amplias áreas de terreno con una red de tuberías menos extensa. Aunque, este sistema de riego no se recomienda en zonas donde se presente una fuerte acción del viento. Eso se debe a que las gotas son arrastradas por la brisa y acaban cayendo en áreas no designadas.
Por otro lado, se deben tomar en cuenta las propiedades naturales del suelo para determinar el flujo de agua adecuado para la aspersión. Este tipo de sistemas de riego permite movilizar grandes volúmenes de agua en poco tiempo, si así se desea. Un exceso de líquido puede provocar el fenómeno de chorreo si se excede la capacidad de absorción de la superficie del terreno.
La principal diferencia entre el riego por goteo y por aspersión es la cantidad de presión que necesitan para poder funcionar. El segundo es el que necesita más fuerza para expulsar el agua de manera adecuada. En algunos casos se pueden necesitar hasta 4,5 Kg/cm para de presión, pero se puede movilizar hasta 600 litros de agua por cada hora.
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(Fuente: Aportes para el mejoramiento del manejo de los sistemas de riego – Pablo E. Demin)