La unión y sellado de geomembranas y otros materiales geosintéticos se hace con equipos como extrusoras, sopladores y cuñas calientes. Estos instrumentos emplean calor para fundir los termoplásticos y usarlos como pegamento. De esta manera se trabaja el HDPE, LDPE, PVC y otros polímeros.
¿Por qué se debe usar sopladores y cuñas calientes?
La fusión con calor es técnica recomendada para la unión de las láminas de geosintéticos. Solo así se puede asegurar que haya una estanqueidad perfecta en las costuras. Si se las cose o usa pegamento el riesgo de filtración es demasiado alto.
Teniendo en cuenta que las geomembranas y geotextiles son frecuentemente usados en obras de impermeabilización se entiende la recomendación. Por otro lado, esta técnica es adecuada para la confección de toldos, banners publicitarios, carpas, etc.
¿Cómo varía el trabajo con sopladores y cuñas calientes?
Las diferencias más notables son las siguientes:
Método de trabajo
Los sopladores de aire caliente funcionan gracias a una serie de resistencias cerámicas ubicadas en su interior. El aire que ingresa en este equipo entra en contacto con dichas piezas para alcanzar la temperatura deseada. Para realizar las uniones con este instrumento es necesario contar con algunos accesorios.
Cuando se apunta el chorro de aire caliente hacia las áreas que se desean pegar aumentan su temperatura. Sin embargo, el soplador nunca entra en contacto con el material geosintético. Para aplicar la presión necesaria para pegar los materiales se hace uso de rodillos diseñados con este objetivo.
En cambio, las soldadoras de cuñas térmicas funcionan a través del contacto directo. En este caso las láminas de geosintéticos pasan a través de un par de rodillos incorporados en la máquina. Una de las hojas se dirige sobre una pieza metálica que tiene el equipo y la otra hoja pasa por debajo.
Dicha pieza es la cuña caliente que emite el calor necesario para fundir los termoplásticos. Luego, las piezas fundidas son presionadas juntas entre dos rodillos. Todo este procedimiento ocurre en cuestión de minutos.
Temperatura de soldadura
En este aspecto no hay discusión entre sopladores y cuñas calientes. El segundo de estos equipos es altamente eficiente y solo necesita alcanzar los 450 grados centígrados (C°). Mientras que los sopladores deben llegar a los 650 C° para ofrecer buenos resultados en su sellado.
Uniformidad de las soldaduras
En este factor tampoco hay una gran discusión acerca de que equipo es superior. Aquí el elemento decisivo entre sopladores y cuñas calientes es que el segundo equipo trabaja de forma automática. Para cuestiones de exactitud es difícil competir con una máquina.
Por el contrario, los sopladores tienen una gran margen de error en este sentido. Al ser un equipo que deja mucho del trabajo en manos del operador, puede haber gran cantidad de variaciones.
Versatilidad del equipo
Las cuñas calientes no tienen muchos argumentos para competir en esta categoría. En primer lugar, su peso sustancial hace que siempre deben operar sobre el suelo. Además, la superficie tiene que ser regular porque se mueven con ruedas. Por último, hay que mencionar que estos equipos solo son capaces de hacer soldaduras en línea recta.
En la otra cara de la moneda se encuentran los sopladores de aire caliente. Estos equipos se pueden usar en áreas complejas, por ejemplo, se emplea en la impermeabilización de las paredes o techo de túneles. Su maniobrabilidad permite que se trabaje alrededor de vértices o esquinas.
Ambos equipos demuestran cualidades diferentes, pero que pueden complementarse entre sí. Si estás interesado en contactar con proveedores de soldadoras de cuñas térmicas y sopladores de aire caliente, comunícate con IGC. Llama a los números (511) 565 6236 / 954 780 044 / 976 537 433 o escribe al correo ventas@igc.com.pe para solicitar más información.